domingo, 12 de junio de 2011

Zapatos 1, Libros electrónicos 0


No, no es el resultado de ningún partido de fútbol, es simplemente lo que en la Feria del Libro de Madrid podemos encontrar.
Una marca de zapatos tiene en el paseo central un stand donde podemos probarnos unos magníficos zapatos que nos permitirán ir mas descansados en nuestra andadura ferial.
Sin embargo, no existe en donde poder "tocar" ningún lector (ereaders) de libros electrónicos. No lo permiten los organizadores.
Hemos comprobado que en las casetas de información de la Feria, incluso informan (es un decir) de que tampoco se pueden comprar los libros en este formato electrónico.
Miedo, mucho miedo por parte de los libreros ante las perspectivas que ofrecen las nuevas formas de leer para los usuarios. El fracaso de Libranda y las reticencias de los grupos editores a implicarse de forma decisiva, están encorsetando al libro electrónico.
Que el paradigma del libro está cambiando es un hecho, no es un futurible. Y la cadena del libro sufrirá una tranformación radical. Algunos de los agentes actuales desaparecerán y vendrán otros nuevos.
La Naturaleza barre a las especies que no se adaptan.

2 comentarios:

Carmen S. dijo...

La cerrazón de los editores, su negativa a aceptar los avances de las nuevas tecnologías, o su avaricia, (excluyo casos especiales, como el de esta página) les va a resultar perjudicial. Los ereaders se van extendiendo, se ven cada vez más en trenes, aviones, autobuses, sin que los lectores hayan abandonado el papel. La convivencia es posible. Pero si no se encuentran libros digitales, si los precios son tan elevados como el papel, se fomentará la piratería. Y eso supondrá un problema para las editoriales convencionales.
Celebro que Equipo Sirius no esté en esa línea.

Morgan Blackhand dijo...

El problema es que en las purgas no caen los que deberían. Y siendo éste un país en el que prima el sacar tajada de donde sea, pues como que pocas cosas se pueden hacer. Suerte que no se logró tirar adelante el proyecto de ley por el que los únicos que podían vender e-books y lectores de e-books eran las librerías...